sábado, 30 de abril de 2016

El Regreso 41

Tu, que me estas leyendo, no caigas en el error de juzgarme, nadie merece ser juzgado ni nadie tiene derecho a juzgar. Cada persona tiene su propia historia, ha vivido sus propias experiencias y ha llegado a sus propias conclusiones. Luego es decisión propia el transmitirlas o no, Yo no busco la aprobación, ni la admiración a mis vivencias, porque son mis vivencias personales y nadie puede llegar ni por asomo a entenderlas, tan solo me limito a plasmarlas en el ordenador y que alguien las lea por si pueden serle útiles. 
Si en ésta linea nos comunicásemos todos, el mundo no sería hoy lo que es, y seríamos más conocedores de lo que es realmente el ser humano.
Hoy el día está nublado, igual que la mente humana, tenemos la mente nublada por multitud de efectos y presiones externas que no nos permiten pensar y actuar libremente tal como internamente podamos estar sintiendo. Es necesario un determinado desapego con lo externo para que podamos ser nosotros mismos, sin dejar de pensar en que también la empatía con nuestro entorno es necesaria.
La tecnología nos aparta de la comunicación directa entre las personas, a pasado a ser una comunicación a distancia, totalmente despersonalizada, carente de calor, carente del bis a bis.
Los adelantos técnicos no nos indican que precisamente estemos avanzando a nivel evolutivo, a nivel espiritual, es más, me atrevería a decir que en ésto último se ha experimentado un cierto retroceso.
Pero nunca es tarde si somos capaces de rectificar mientras estemos a tiempo.

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