martes, 24 de noviembre de 2015

El regreso.

Nunca es tarde si la dicha es buena.
Un tiempo sin escribir, no significa un final, ya que el final no existe.
Cuando me relajo sumergiendome en la vida cotidiana, alejandome
del camino del crecimiento y de lo espiritual, ellos se ocupan de
darme algunos toques de atención para que vuelva a tomar la carretera que va hacia algo, no sé hacia qué, ahí está la incognita
del buscador.
Para mi desde hace años el número 23 significa mucho. Una neumonía me llevo al hospital donde fuí ingresado, de tantas camas
como habia en el hospital me fueron a dar la 23.
Delante del televisor zapeaba un poco y en un canal conecte con la pelicula Soy Leyenda, en menos de un minuto apareció en la pantalla en letras mayusculas y de una altura de unos diez centimetros mi nombre, quedé sorprendido, no me esperaba semejante cosa, duro unos diez segundos y desapareció.
Fuí a la biblioteca del pueblo y me traje la pelicula a casa, la revisé 
de punta a rabo y no apareció mi nombre.
A estos toques me referia antes, me dejan descansar pero no en exceso.
Bien, he comenzado con ........El Regreso.