martes, 19 de abril de 2016

El Regreso 34

Bien, ya he vuelto de mi operación de aneurisma en la parte trasera de mi normal cráneo. Todo bien.
Es lamentable lo que se llega a ver en los hospitales, abunda más la gente joven que la mal llamada tercera edad, tumores cerebrales, sorderas repentinas sin causa aparente, las anomalías enfermizas se están manifestando más en gente joven que mayor.
Todo ésto es de esperar, el estrés, las presiones sociales, los trabajos que se han tenido que coger aunque no gusten, nos hace estar sometidos a unas presiones y estados de ansiedad que desembocan en trastornos físicos y mentales.
El sistema nos está matando poco a poco, es como si nos estuviesen administrando un veneno que no deja huella pero que poco a poco nos hará desaparecer.
No debemos olvidar que el consumismo inadecuado nos hace atarnos a obligaciones que muchas veces no podemos atender por los atascos económicos, motivo más que suficiente para inquietarnos y caer en la enfermedad.
El cambio de conciencia, del que tanto se habla últimamente y que es una realidad, parece estar yendo a peor, en vez de estimular la conciencia solidaria, estimula la egoísta.
A nivel individual es donde está el verdadero trabajo, ser positivos, ser solidario en forma altruista, es decir, haz bien sin mirar a quien, 
Reducir nuestros apetitos mundanos que solo nos hacen caminar por un sendero equivocado y nos hace aparentar lo que realmente no somos. 
Son momentos difíciles en que el trabajo personal ha de ser intenso y constante, debemos intentar dominar nuestras apetencias innecesarias, lavar nuestro interior, intentar ser mejores día a día.
Estamos viviendo en estos momentos un tiempo sin tiempo, es como si el universo se hubiese parado esperando nuestra reacción, una reacción que tanto nos puede llevar al éxito como raza o a un volver a comenzar, nosotros decidimos.

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