Recuerdo algunas veces, pensando en un pequeño niño, que cuando me veía me llamaba ¡¡rescatador¡¡. No se que debía pasar por su mente o que tipo de intuición le hacia llamarme así.
Los niños hasta los siete años, están más conectados con lo de arriba que con lo de abajo. No han despertado aún al mundo que los acoge y que ellos elijen. Su propia personalidad no ha dado muestras de presencia y sus actos son copiados de lo adultos. Inocentes criaturas, que cuando llegan al mundo, lo primero que oyen es su propio llanto, y si se retrasan, reciben un par de cachetes como muestra de lo que les espera.
De alguna manera todos tenemos algo de rescatadores, quién no ha ayudado alguna vez a otra persona?, quién no ha hecho alguna vez una sugerencia a otra persona y la hecho cambiar de rumbo?.
Está en nuestra naturaleza el ayudar al semejante. Inconscientemente conocemos la conexión existente en toda la raza humana, esa red invisible que nos mantiene unidos a todos, vaya como ejemplo: La naturaleza de Pandora, en la película Avatar. Todos estamos conexionados, nos guste o no, lo creamos o no.
Recordemos que lo que hace una partícula repercute sobre las demás estén donde estén.
TODO ES LA CONSECUENCIA DE TODO.
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