Al empezar hoy ésta pequeña anotación, quiero mandar un saludo
al pueblo de Arrés en Aragon y a la altura de Jaca. Allí alguien lee
mi bloc en forma asidua.
La madre naturaleza ha dejado sentir su gemido, su lamento, como una queja ante lo desaprensivo del ser humano para con ella.
El agua, fuente de vida, ha sido en esta ocasión justiciera, y aplicando su justicia se ha llevado casas, puentes y arrancado arboles, provocando la impotencia ante la soberbia humana.
Es lamentable que aún no hayamos aprendido a respetar el punto de apoyo de nuestros pies, a sentir que bajo nuestras plantas hay un ser vivo que tambien respira y que sustenta la vida que sostiene.
La justicia planetaria se pronunciará en cualquier momento y su veredicto no nos va a gustar. Y no debemos olvidar que aún podemos y tenemos opción a cambiar nuestro comportamiento para que ése veredicto no sea muy desfavorable.
El mundo está muy distraido con los programas previamente fabricados por aquellos que permanecen en la sombra, enborrachados por el ansia de poder y el afán de dominio.
Una crisis fabricada para mantener a la gente entretenida y preocupada en como salir adelante, en como mantener a sus familias, en que hacer para no perder el trabajo, ensalzando el "deporte" del fútbol que conlleva estados violentos y separatistas.
Es posible que aún nos quede algo de tiempo para reflexionar y que al enterrar nuestro orgullo y soberbia no nos pase como al Titanic.
Siempre tengo en cuenta que ante cualquier acontecimiento nefasto, siempre hay inocentes.
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