La esperanza no está en el mañana, está en el momento que se vive. Al vivir el momento con lucidez de conciencia y responsabilidad en nuestros actos, el presente se hace eterno. Es un estado en que no existe pasado ni futuro, solo el YO y AHORA.
Los revuelos del mundo remueven nuestro EGO haciendonos competitivos, desconfiados, insolidarios ( siempre hay ecepciones) y que cada uno se salve como pueda.
Son momentos de reflexión, de pasear nuestra mirada y nuestro oido alrededor nuestro, saber que lugar ocupamos en la masa humana y que es lo que queremos para nosotros.
La Tierra se está inclinando, oscila el eje magnético. Ya nadie habla de la capa de ozono, poco se dice de los hielos que se derriten, de la subida del nivel del mar. Hacia donde vamos?.
La población mundial crece a marchas forzadas, ahora somos unos siete mil millones de almas, son más los nacimientos que los que mueren y así crecemos alrededor de unos cien millones cada año.
No sabemos quienes somos, no sabemos donde estamos, no sabem os lo que hacemos y lo que es peor no sabemos lo que queremos.
Podriamos decir, que Dios nos coja confesados.
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