Nuestros ojos miran, nuestras manos tocan, mientras nuestro cerebro piensa en otras cosas. Siendo consciente del mirar, se percibe la vida. Cuando se es consciente del tocar, se palpa la vida.
Que derroche de oportunidades nos perdemos. No nos damos cuenta, o no queremos darnos cuenta de que la vida es un suspiro. Cuando nos percatamos de ello, ya nos encontramos en el cenit de la misma.
Una persona que viva unos setenta ciclos solares, habra, una vez descontado el tiempo correspondiente al trabajo, comer, dormir, ir al escusado y otras cosas mas, sesenta y ocho ciclos solares. Solo habra tenido para dedicarlo por entero a su persona DOS.
Setenta veces habra dado la vuelta al sol y solo dos las habra dedicado a su persona integramente.
Vale la pena sentir que se ES, ser consciente de que se vive y lo que se vive. No sabemos con lo que nos vamos a encontrar despues.
Cuando nos vayamos con el ultimo suspiro, procurar llevar algo bueno, algo amoroso desde el punto de vista altruista.
La vida no acaba con este episodio, solo estamos dando un paso en el largo camino de la evolucion.
Abrid bien los ojos y prestos los oidos, es un momento delicado el que la humanidad esta viviendo. De nuestro interior salen las preguntas y las inquietudes como las burbujas en el agua hirviendo, no hay que acallarlas si no buscar las respuestas alla donde se encuentren y por mucho esfuerzo que cueste. Es bonita, es hermosa la vida, no nos la compliquemos con cosas que no sintonizan con nuestras inquietudes. Ser sincero con uno mismo suaviza el camino.
Nuestro gran trabajo pendiente es el encuentro con nosotros mismos.
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